Este post esta dedicado a la evolución de mi compañera de siempre, la Santosa. Esta bike me acompaña desde mis 15 años (1995). He participado en varias competencias nacionales y regionales en sus épocas doradas.
En los últimos años la sigo usando para transportarme en bici por la ciudad. La mejor época fue en el COVID del 2019 cuando revivimos viejos tiempos. Yo, ya la pensaba colgar de trofeo, pero quien iba a pensar que se iba a volver biónica.
Evolución biónica:
En mi último viaje a Francia probé por primera vez una bici eléctrica. Publiqué la experiencia en este post: "Forbidden bike test in Mont Thou, Lyon"
Desde ese momento me quedé picado con las eBikes. En Bolivia todavía no son muy comunes. Pero en Europa, creo que después del COVID, se viralizaron las ebikes. En París hay un servicio de bicicletas eléctricas públicas. Yo utilice las bicis que ofrece Dott.
Intenté traer una bici eléctrica a La Paz, pero hay muchas restricciones en las aerolíneas con las baterías. Me quedé un poco frustrado porque me imaginé como se podría disfrutar este tipo de bicis en La Paz.
Finalmente, después de llegar a Bolivia me encontré con Carlos Tórrico, un amigo biker que tenía un motor de bici. Le comente sobre lo picado que me había quedado con las ebikes en Francia, y él me comentó que tenía un motor para bici. Le pedí si podríamos hacer la prueba en la Santosa. Apenas me dijo que sí, tardamos una par de días en instalar el motor y la batería, 90% su trabajo y 10% del mío que se limitó a ver como lo hacía.
El motor es de marca
Bafang. Lo bueno de este motor es que funciona con asistencia en el pedal, no en las llantas por lo que la hace más sensible. Tiene 5 velocidades, funciona con una batería de 48V y una potencia de 1000 W, más que suficiente para la ciudad de La Paz.
Testeo de la eSantosa
Recuerdan mi post:
¿Se puede usar la bicicleta como medio de transporte urbano en la ciudad de La Paz? publicado en mayo de 2020. En él justificaba que sí se podría utilizar la bicicleta como medio de transporte urbano en La Paz, demostrando que en bici es más rápido llegar a la Zona Sur y viceversa, qué en minibus o bus. Según ese rápido experimento, el viaje en bicicleta normal entre el Monoblok y el Campus de la UMSA dura aproximadamente 1 hora.
Pros: no me cansé casi nada, se siente bien el pedaleo asistido, eliminas toda la influencia topográfica de la ciudad de La Paz.
Contras: al tener mayor velocidad existe mayor exposición con los autos y las personas. No hay infraestructura adecuada como ciclovías para no invadir el espacio de los vehículos y los peatones. La gente y los vehículos no están acostumbrados a este tipo de ebikes.
Conclusiones:
Si antes existía la premisa de que La Paz, por sus pronunciadas pendientes, era un territorio hostil para la bicicleta, esa idea ha quedado obsoleta. La bicicleta eléctrica elimina esa barrera topográfica, transformando las subidas en un reto fácilmente superable.
Sin embargo, este potencial solo se podrá materializar de forma segura y masiva con una red robusta de ciclovías y la infraestructura adecuada. Resulta paradójico que en el país del litio, Bolivia, no se impulse con mayor decisión una movilidad eléctrica sostenible. Aprovechar esta tecnología en una ciudad como La Paz no solo es una oportunidad, sino una necesidad: permite por primera vez democratizar el transporte neutralizando la influencia de la topografía, gracias a la asistencia eléctrica.
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